viernes, 9 de julio de 2010

Transacciones literarias

EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL Y LA ACTUACIÓN

Arthur Wagner

Avanzada ya la obra Benito Cereno, (de Herman Melville, que Robert Lowell adaptó al teatro), el capitán Amasa Delano interrumpe una conversación con su contramaestre, Perkins, para decir: «Me parece haber estado soñando... soñé que alguien estaba intentando matarme». Delano nunca abandona el escenario, realmente no dispone de tiempo para dormir y soñar, y sin embargo la afirmación ciertamente no describe un sueño. Durante los ensayos de mi producción en Tulane, nosotros intentamos justificar el momento como mejor pudimos. Había una pausa larga antes de la línea, mientras Perkins verificaba el acercamiento de su propia nave al San Domingo. William Wolak, interpretando a Delano, hizo lo más que pudo con el momento, pero nunca estaba muy cómodo en él. Yo sabía que él se sentía incómodo, pero no podía ofrecer una solución satisfactoria. Wolak y yo habíamos estado empleando aspectos del análisis estructural y transaccional de Eric Berne cuando esbozábamos el carácter y seleccionábamos las acciones y objetivos para Delano. El enfoque funcionó bien, sobre todo en las escenas entre Delano y Perkins. Decidimos que estructuralmente Delano era un Adulto contaminado, contaminación que provenía de su Padre muy activo, y que Perkins, por otro lado, era Adulto en su ego real, pero tenía un Niño Adaptado muy fácilmente catectizado. Casi todas las escenas que interpretaban juntos, cuando nadie más estaba alrededor, se componían de un solo juego que simplemente enunciado sería, para Perkins, «Patéame otra vez», y para Delano, «Permíteme hablarte claro y ayudarte». Un modelo simple de sus transacciones se parecería a esto.

Aunque sus conversaciones podrían parecer una discusión Adulto-Adulto, en el nivel psicológico más profundo ellos están recibiendo las ventajas a través de una transacción Padre-Niño. De ahí que éstas no son verdaderamente escenas de conflicto, sino que aportan un sentido de satisfacción para ambos caracteres. Después de todo, Perkins fue escogido por Delano para hacer el viaje, son parientes, y la opción de Delano le permite participar en lo que parece ser su juego favorito en su guión de vida.

«En cualquier reunión social, incluso el caso limitado de dos personas, el individuo se esforzará por participar en transacciones que se relacionen con sus juegos favoritos; se esforzará por participar en juegos que se relacionen con su guión y tratará de obtener la mayor ventaja primaria de cada encuentro. Al mismo tiempo, escogerá o buscará compañeros que prometan rendir las mayores ventajas primarias: para relaciones casuales, las personas que participen por lo menos en transacciones favorables; para relaciones más estables, las personas que participen en los mismos juegos; para relaciones íntimas, las personas que estén mejor cualificadas para desempeñar roles en su guión.» (Berne, 1985:132)

De ahí que las transacciones en la escena inicial, salvo la actividad de observar y describir la nave en el horizonte, adoptan la forma convencional de Perkins haciendo una declaración de hecho u opinión y después Delano contradice ese hecho u opinión, satisfaciendo a ambos el Niño Adaptado que constantemente necesita ser corregido por la autoridad (Perkins) y el Padre Protector que siempre está echando una mano de ayuda o de información (Delano). La relación ulterior en estas transacciones siempre es maestro-alumno o padre-hijo. Los golpes de la escena se corresponden exactamente con la descripción que Berne hace del proceso de un juego o deporte:

«Cada juego tiene cierta analogía con una competencia deportiva similar al ajedrez o al fútbol. Blanco hace la primera jugada, suena el silbato y Negro da el puntapié inicial, la pelota va al centro del campo, etc. Todo ello tiene su analogía en las primeras escaramuzas de los juegos sociales. Al estímulo de X le sigue la respuesta estereotipada de Y, después de lo cual X hace su segunda jugada estereotipada. Después de un número definido de movimientos, la partida termina en un desenlace que es el equivalente de jaque mate o un ensayo (gol de triunfo)» (Berne, 1981:112). Los siguientes son ejemplos de tales golpes en la escena inicial de Benito Cereno:

Puntapié de apertura

DELANO. Ahí van las mujeres más bonitas en América del Sur.

Respuesta estereotipada

PERKINS. Nosotros nunca vemos a mujeres, Señor; simplemente este sofocante y nublado Ecuador, una o dos focas, el llano mar aburrido, y un cielo como el nido de una avispa gris.

Ensayo

DELANO. Yo no estaba hablando sobre las mujeres; estaba llamando su atención hacia la Bandera americana.

Puntapié de apertura

PERKINS. ¡Sí, Señor! Me gustaría que estuviéramos en casa, en Duxbury.

Respuesta estereotipada

DELANO. Nosotros somos casa. América está dondequiera ondea la bandera. Mi propia cubierta es el único lugar en el mundo donde me siento en casa.

Respuesta estereotipada

PERKINS. Esto es demasiado para mí, Capitán Delano. Quiero decir que me gustaría estar casa con mi esposa; estos cruceros mundiales sólo son para los solteros.

Ensayo

DELANO. Su esposa se mantendrá.

Estos dos golpes aparecen en la escena inicial. La escena acaba con la ventaja más grande de todas:

Puntapié de apertura

DELANO. ¿Los españoles? El nombre te desanima; piensas que sus caras bochornosas e idioma les convierten en Zulus. Toma el nombre Delano. Siempre he pensado que tenía alguna virtud salvadora italiana o española.

Respuesta estereotipada

PERKINS. Sí, Señor.

Ensayo

DELANO. Un español no es un negro bajo la piel, particularmente un español de España; estos sudamericanos se mezclan demasiado con los indios. Una vez usted consigue entrar en un español, él habla tan bien como su esposa en Duxbury.

También hay ventajas contrarias:

Puntapié de apertura

DELANO. Estás demasiado nervioso, Perkins. El viaje te agitará. Debes permitir que un poco de suciedad extranjera caiga sobre ti.

Movimiento estereotipado

Me he enseñado a mí mismo a hablar español como un español. En cada puerto sudamericano, ellos me toman equivocadamente por un Don castellano.

Ensayo

PERKINS. ¿No se está rebajando usted un poco, Capitán?

Delano intenta participar en el mismo juego con Cereno y Babu. Con Cereno él intenta ser un colega y compañero útil, pero en el nivel psicológico la transacción es de hombre saludable a hombre enfermo, o de hombre afortunado a hombre desgraciado; en la realidad, de Padre a Niño. Sin embargo, la personalidad de Cereno está distraída, desgarrada; de ahí sus respuestas ambiguas o anacrónicas a los estímulos de Delano. Éstos causan casi constantemente transacciones cruzadas y motivan que el creciente resentimiento e impaciencia de Delano con Cereno. Babu, por otro lado, debido a su gran habilidad para actuar, lleva a Delano a leer mal las transacciones y suponer que están cumpliendo el juego, esta vez en el modo de amo-esclavo, cuando realmente la transacción se invierte, con el Padre de Babu favorablemente catectizado jugando el papel de Niño (el esclavo) mientras permanece al mando de la situación. Cuando, al final de la obra, Delano descubre la verdadera naturaleza de las transacciones, es incapaz de manejar la presión de la transacción cruzada y su Niño Natural muy apartado, que su Adulto contaminado teme y reprime, es catectizado y sucede la violencia al final de la obra.

Disponer de este tipo de análisis ayudó enormemente a seleccionar las acciones y objetivos para Delano así como guiar la selección de elementos para su conducta externa. El andar de Delano, por ejemplo, cuando el Adulto contaminado mantenía el poder ejecutivo, era fuerte, seguro, rítmicamente incluso, las manos confiadamente a la espalda -muy paternal. En los momentos de tensión, sin embargo, durante o cuando se acercaba una transacción cruzada, la marcha se tornaba más corta de zancada, más errática en el ritmo, las manos nerviosamente apretando la boca. Y había variaciones comparables también para los gestos y la voz de Delano.

Debemos poner en claro que esos juegos sociales difieren de los deportes en que “un tanto" no sólo aumenta los puntos para el ganador, sino también para el perdedor. El asunto importante es el efecto tranquilizador continuad o la satisfacción de las necesidades del estado del Ego ejecutivo -en los ejemplos que hemos ofrecido anteriormente, el Adulto contaminado de Delano y el Niño Adaptado de Perkins-. Cuando estas satisfacciones no tienen lugar, nosotros tenemos una transacción cruzada y consecuencias serias. “La función dinámica de los juegos es conservar el equilibrio psíquico, y su frustración lleva a la rabia o a un estado que en el Análisis Transaccional llamamos desesperación". Los últimos momentos de Benito Cereno son un ejemplo claro. El "puntapié de apertura de Delano reafirma de autoridad y la suposición de que las cosas volverán a sus relaciones y transacciones estereotipadas. Sin embargo, los siguiente discursos claramente son respuestas no estereotipadas a la autoridad de Delano y desencadenan transacciones cruzadas, que llevan a la desesperación de Delano, la activación de su Niño Natural, y la violencia con que acaba la obra.

BABU. Ésta es mi corona. Ésta es mi vara. Ésta es la tierra. Éste es el brazo del Dios enfadado.

Él aplasta la pelota.

PERKINS. Permítale rendirse. Permítale rendirse. Nosotros queremos salvar a alguien.

BENITO. ¡Dios mío, qué poco entienden estas personas!

BABU. El Amo Yanqui me entiende. El futuro está con nosotros.

DELANO (levantando su pistola). Éste es tu futuro.

Él dispara. BABU cae y queda inmóvil. DELANO hace una pausa; después, despacio, vacía las cinco balas de su pistola en el cuerpo. Cuando analizamos el texto, podemos decir que cuando los juegos constituyen las transacciones de un golpe o escena, la acción de los personajes son lo que él está haciendo en el nivel social, mientras su objetivo es determinado por las ventajas que busca en el nivel psicológico - lo que Berne llama el “truco”. La ventaja, u objetivo, más potente para el actor es el social. Ésta es la necesidad más inmediata y no es la preocupación por un profundo, análisis psicológico, “a la Freud”. Las selecciones externas de voz, conducta, y gesto corresponderán a las pautas de conducta establecidos para el estado de ego ejecutivo y el objetivo influirá más fuertemente en ellos el objetivo que la acción. En transacciones que involucran juegos hay siempre un subtexto. En los pasatiempos e intimidad, ningún subtexto es necesario porque estas transacciones no implican segunda intención alguna. El estado del ego que tenga el poder ejecutivo determina las acciones y objetivos en los pasatiempos e intimidad.

Berne describe los pasatiempos como sigue; la relevancia de Godot es obvia: «Tratándose de gente feliz o bien organizada cuya capacidad para divertirse no está limitada, se puede llevar a cabo un pasatiempo social por lo de que sí tenga de interesante y extraer del mismo las propias satisfacciones. Un pasatiempo social puede complacerse en para su propia causa, y trae sus propias satisfacciones. Con otro tipo de personas, especialmente neuróticos, se trata simplemente de lo que el nombre da a entender: una forma de pasar, es decir, de estructurar) el tiempo; hasta que no llega a conocer mejor a la gente, hasta que se haya pasado esa hora, y, en escala mayor, hasta el momento de acostarse, hasta que lleguen las vacaciones, hasta que empiece la escuela, hasta que se produzca la cura, hasta que llegue alguna forma de carisma, rescate o la muerte» (Berne, 1981:102).

En Esperando por Godot, por ejemplo, casi todas las transacciones entre los personajes son pasatiempos; es decir, solamente con el propósito de estructurar tiempo hasta que Godot venga. No hay intención ulterior; la única necesidad real de Didi y Gogo es pasar el tiempo. Incluso las escenas entre Pozzo-Lucky sirven a Didi y a Gogo como pasatiempos, como ellos mismos hacen notar. Después de la salida de Pozzo-Lucky en el Acto I:

VLADIMIR. Nos ha hecho pasar el tiempo.

ESTRAGON. Sin esto hubiera pasado igual.

VLADIMIR. Sí, pero más despacio. (Beckett, 1963: 309)

Y después de la salida de Pozzo-Lucky en el Acto II:

VLADIMIR. Esto ha hecho pasar el tiempo. (P. 350)

Para el actor ésta es la clave. Ninguna dinámica profundamente involucrada, sólo la necesidad desesperada de pasar el tiempo para que ellos no sean conscientes del mismo. De ahí que ellos usen los pasatiempos para evitar reconocer su desesperación. Se zambullen en cada pasatiempo con gran energía y fervor, haciéndolo todo lo entretenido que pueden. Vladimir describe su situación sucintamente mientras ellos están intentando decidir si ayudan a Pozzo y Lucky en el Acto II:

VLADIMIR. Estamos esperando. Nos aburrimos como ostras, qué duda cabe. Bueno. Se nos presenta una diversión, y ¿qué hacemos? La dejamos que se pudra. Venga, manos a la obra. (Avanza hacia POZO, se detiene). Dentro de un momento, todo habrá pasado. Estamos otra vez solos en medio de las soledades. (Piensa). (P. 340).

De ahí que los pasatiempos adoptan formas de pasatiempos: momentos de music-hall, piezas burlescas, pantomimas, comedias cortas, deportes. Por ejemplo, al final de uno de sus pasatiempos más largos en la obra, Vladimir dice, "No estaba mal como pequeño galope," usando una imagen de los deportes. Estragon inmediatamente le replica: "Sí, pero ahora nosotros tendremos que encontrar algo más," y pasan inmediatamente a otro pasatiempo. Hay momentos de intimidad en la obra, pero los personajes apenas los pueden soportar. Para evitarlos, para llenar su tiempo, acuden a sus pasatiempos. El estado de ego activado para Vladimir y Estragon cuando ellos participan en un pasatiempo es el Niño, y en los juegos, la transacción social es principalmente del Padre (Vladimir) al Niño (Estragon), mientras la transacción psicológica es de Niño a Niño. Así, en la mayoría de transacciones en la obra, el objetivo del actor es "pasar el tiempo”, durante el número mínimo de juegos es satisfacer las necesidades neuróticas de los personajes (que se hallan en el sub-texto), y durante los momentos casi inexistentes de intimidad, es tranquilizar al “ego real” del personaje. Puesto que las ventajas son mayores durante los juegos, hay muy pocos tantos en Esperando a Godot.

Antes de regresar a discutir transacciones en Benito Cereno, me gustaría citar ejemplos de golpes de juego en El Rey Lear. El juego que Lear desea jugar con sus hijas, que podríamos denominarlo “padre benévolo e hijas cariñosas" nos lleva a un modelo de las transacciones necesario para interpretarlo con éxito:

El Niño de Lear está activado (lo cual puede ser un síntoma de vejez, que nosotros llamamos segunda infancia) y ansía desesperadamente ventajas. De ahí que el puntapié inicial de Lear entra en la forma de Padre benévolo y su acción social es" dividir su reino". Sin embargo, su objetivo es ulterior y viene de su Niño activado, un hecho que se revela por su línea inicial: “En el ínterim, vamos a manifestaros nuestro más encubierto designio”. El puntapié de la apertura sigue: LEAR. Decidme, hijas mías, ya que es ahora nuestra voluntad despojarnos de toda autoridad, intereses del territorio, cuidados del gobierno: ¿Cuál de vosotras nos ama más? Que nuestra mayor largueza se extienda sobre aquella cuyos sentimientos naturales merezcan mayor galardón. (Shakespeare, 2003:320).

Gonerila y Regan, también con un Niño favorablemente activado (ávido) responden estereotipadamente, siendo su acción en el nivel social “expresar su amor filial," mientras el objetivo en el nivel psicológico es "conseguir el dinero". En la contestación a las respuestas estereotipadas, los tantos adoptan la forma de la liberalidad de Lear de la cual ambas hijas reciben la satisfacción. Cada tanto marca el fin de un golpe. El tercer puntapié de Lear se lo da a Cordelia. La contestación de ésta no es estereotipada y la transacción se cruza.

La desesperación de Lear, como resultado de la transacción cruzada, es casi inmediata. Al principio él intenta darle otra oportunidad a Cordelia, pero cuando sus contestaciones continúan siendo no estereotipadas, él abandona el juego y su Niño queda patente. Kent magnifica la desesperación de Lear interrumpiendo de una manera no estereotipada, creando así otra transacción cruzada y atizando así la rabia de Lear. Al final del golpe, el Niño de Lear está casi totalmente al mando:

LEAR. ¡Escúchame, perjuro! ¡Por tu vasallaje, escúchame!. Pues han intentado romper nuestro voto- a lo que Nos jamás hubiéramos osado- y, con obstinación de orgullo, has venido a interponerte entre nuestra sentencia y nuestro poder- lo que ni nuestro carácter ni nuestro rango puede consentir-, haremos buena nuestra autoridad; toma tu recompensa. Cinco días te concedemos para que busques el modo de escudarte contra las miserias del mundo; al sexto, cuida bien de volver tu execrable espalda a nuestro reino. Si al cabo de diez días tu desterrado cuerpo fuese hallado en nuestros dominios, tal momento será el de tu muerte. ¡Fuera! ¡Por Júpiter, que esta sentencia es irrevocable! (Shakespeare, 2003:322).

Ésta es la rabieta del Niño Natural. Desde este punto en la obra, el Adulto de Lear se retira cada vez más, su Niño goza cada vez de más poder – alcanzando el punto culminante en el brezal. De ahí en adelante, el movimiento es hacia la reactivación del Adulto de Lear y hacia el logro de su segunda madurez al final de la obra.

Puesto que el Niño es Lear el estado de ego más fácilmente catectizado o activado, el actor que interpreta el papel, podría beneficiarse mucho si elaborase detalladamente las pautas de conducta de Niño de Lear; y a través de los contrastes de esas pautas -voz gesto, ademanes- e interpretando los objetivos del ego catectizado, poder delinear muy específica el personaje y sus transacciones. Retornemos, ahora al problema no resuelto en Benito Cereno. Saber que Delano era finalmente un Adulto contaminado nos llevó finalmente a solucionar sencillamente sus líneas incongruentes: «Me parece haber estado soñando... soñé que alguien estaba intentando matarme». Mientras estaba releyendo a Berne, esperando encontrar una clave, me tropecé con el siguiente pasaje:

“Las alucinaciones por lo general son exhibiciones del Padre... Mientras la propia voz emana del Padre, la audiencia consiste en el Niño y, a veces también, el Adulto contaminado. En los estados de confusión... el Adulto queda relegado, y el Niño asustado se encuentra solo para escuchar. En algunos casos de condición paranoica, el activo pero contaminado Adulto concuerda con el Niño en que la voz realmente está ahí». (Berne, 1961:63)

Así es como aclaramos el elemento crucial de la escena: el sueño no es un sueño en absoluto, sino una alucinación. Todos los elementos que menciona Berne están presentes. Delano está desconcertado. Acaba de ver las distracciones de Babu, sobre las que comenta: “Bien, eso no era mucho”. Lo que realmente quiere decir es: “¿Qué significa esto?”. Delano es paranoide, sobre todo cuando se trata de los extranjeros: ¿Por qué le resulto tan indiferente a este capitán? Si pudiera soportar su reserva ante los extranjeros”. Su alucinación hace que Cereno lo mate: “¿Cómo puedo morir asesinado en los confines de la tierra a manos de este español demente?” Tiene un Niño asustado, cuando vemos su violencia al final de la obra. Esto no significa que Robert Lowell (el adaptador de la obra de Melville) fuera consciente de que ese momento era alucinatorio. Pero el Análisis Transaccional de Berne resulta útil para descifrar tales acciones. Los resultados que logramos durante los ensayos de Benito Cereno, en los que apenas tocamos los beneficios del trabajo de Berne para el actor, confirmaron mi respuesta inicial cuando leí Análisis Transaccional en Psicoterapia.

Este año he introducido los conceptos de Berne de Análisis Estructural y Transaccional en los ejercicios iniciales sobre las acciones y objetivos en mis clases de entrenamiento profesionales, empleando a Berne especialmente sobre todo en el trabajo extenso que hacemos en el análisis del texto. Los resultados han sido muy estimulantes. Berne ofrece al actor una manera de mirar al personaje y a la interacción entre los personajes que ayudas al actor a seleccionar más específica e inmediatamente que los tradicionales métodos freudianos del teatro contemporáneo. Estamos empezando a desarrollar tres juegos de conducta para cada personaje, uno para cada estado de ego, de manera que la voz, gesto, y ademanes de un personaje en una circunstancia dada dependan del estado del ego de ese personaje que tiene el poder ejecutivo. Basamos las selecciones en el texto. Por ejemplo, estamos examinando muy detenidamente los tipos de palabras que un personaje emplea, para determinar qué estado de ego está al mando, así como la anatomía de las transacciones. Deseo dejar en claro que el uso del Análisis Estructural y Transaccional no cambia, en modo alguno, nuestro enfoque básico a para crear un papel. El enfoque sigue siendo el sistema de Stanislavski. Berna nos ayuda a seleccionar más específica y concretamente tanto la vida interna como externa de un personaje.

NOTA:

Para definir detalladamente los términos que empleo en este artículo, conviene leer Transactional Analysis in Psicotherapy (Nueva York, Grove Press, 1961. [Traducción española: Análisis Transaccional en Psicoterapia. Buenos Aires: Psique, 1981). Los términos Padre, Adulto, y Niño designan los tres estados de ego que componen la topografía psicológica de cada individuo. Cada estado de ego tiene su propia única respuesta a los estímulos y pauta de conducta de conductaademanes, gesto, voz y vocabulario. El Padre puede ser “protector” o “crítico” dependiendo de si es predominantemente simpático o prohibitivo; el Niño puede ser "natural" o" adaptado," dependiendo del dominio de la influencia Paternal. Un estado del ego activado o catectizado es el que tiene el poder ejecutivo; es decir, el estado de ego que actualmente tiene la energía. Un estado del ego “excluido” es el que la persona ha reprimido y no puede estar activado. Un estado del ego “contaminado" es aquél en el que están presentes aspectos de otro estado del ego. Berne distingue tres tipos de transacciones: pasatiempos, juegos, e intimidad. Los pasatiempos son las transacciones en las que no hay segunda intención, de manera que las ganancias esenciales son el goce del pasatiempo y el paso del tiempo que la persona logra sin dolor. Los juegos son transacciones que incluyen un motivo ulterior o segunda intención, lo que Berne llama un "truco"; las ganancias provienen de satisfacer el motivo ulterior o segunda intención; hay una transacción en el nivel social - lo que parece estar ocuriendo- y una transacción en el nivel psicológico, el motivo ulterior. La intimidad es una transacción sincera; lo que el individuo hace en el nivel social es directamente los medios para su fin.

Lo que Berne hace al esbozar las ganancias corresponde a los objetivos del actor. Él expone cinco niveles de ganancia, ofreciendo al actor cinco posibles selecciones para cada transacción. La ganancia primaria externa, ganancia primaria interna, y las ganancias secundarias generalmente apuntan a satisfacciones psicológicas relacionadas con la dinámica freudiana, siendo la al actor la multiplicidad de opciones. Del mayor interés son la ganancia social y la ganancia biológica. Una ganancia social responde a la pregunta: ¿Cómo la transacción contribuye a estructurar el tiempo del individuo? ¿Capacita una transacción particular al individuo para participar en un pasatiempo o juego favorito, etc.?. La ganancia biológica “se deriva del mero hecho de que las partes están estimulándose en cierta manera y apartando el aislamiento de cada uno, independientemente del porte o contenido del estímulo”. Un objetivo muy importante para algunos personajes dramáticos. Fijémonos en Lady Macbeth.

BIBLIOGRAFÍA:

BECKETT, Samuel: Esperando a Godot. En Teatro Francés de Vanguardia. Madrid, Aguilar, 1963, Pp. 269-356.

BERNE, Eric: Transactional Analysis in Psychotherapy. Nueva York, Grove Press, 1961.

MELVILLE, Herman: Benito Cereno. Salvat, 1983.

SHAKESPEARE, William: El Rey Lear. En Obras Completas. Madrid, Aguilar, 2003, Pp. 319- 370.

“Transactional Analysis and Acting”. Tulane Drama Review, Volumen II, Verano 1967, 81-82.

Traducción: Equipo de www.bernecomunicacion.net

Caso Clinico 1

Mártir: ¿Eres indispensable?

PSICOLOGO: Aníbal Enríquez Quispe.


RESUMEN

La paciente solicita consulta psicológica para recibir soporte emocional por circunstancias familiares estresantes; se la observa con un semblante decaído, con apariencia de no haber dormido bien, evidenciados en rasgos físicos, su tono de voz al hablar es bajo y pausado. Se recogió información sobre su relación familiar, evidenciándose una actitud de entrega y dedicación hacia satisfacción de familia de origen por contar con antecedente de abandono parental en edad temprana de su desarrollo psicológico. Se pudo evidenciar que mantiene escasa comunicación con su familia y amigos, pues señala que siempre se dedicó a laborar desde edad temprana.

Durante la entrevista se le ayudó a identificar las diversas causas que conllevan a un malestar de su situación actual, se facilitó la exploración de valores importantes para la vida del paciente como miembro de su familia y se sugirió brindarse un tiempo para sí mismo al realizarse el viaje para brindarle mayores oportunidades a sus seres queridos; también se esclarece el aspecto de supuesto desamparo creado en sus familiares a su partida, además de la dificultad en conllevar una relación positiva con su hermano que presenta una adicción a las drogas.

Cabe mencionar que se mantuvo con la paciente cinco sesiones de 45 min, al final de las cuales se mostró optimista, con deseos de fortalecerse interiormente y de para participar en sesiones particulares que favorezcan su desarrollo personal.

IDENTIFACIÓN DEL PACIENTE:

La paciente tiene 26 años, de sexo femenino, con educación secundaria completa, de nivel socioeconómico medio- bajo. Ella vive con sus hijos, su mama, su papa y su hermano. Su pareja reside en el extranjero.

ANÁLISIS MOTIVO DE LA CONSULTA:

La paciente indica estar atravesando por una etapa difícil a causa de su futura separación de su familia para viajar con fines laborales y además como refiere: ``Me encuentro preocupada porque cuando viaje al extranjero su mama que tiene depresión se quedara sola en casa y teme que algo malo le sucediera, además tiene problemas con el padre que mantiene una familia fuera del hogar, tiene un hermano con adicción a las drogas.´´

CONTRATO:

Hasta este momento la paciente quiere lograr con la consulta ser independiente y manifestar sus deseos de partir sin tener el cargo de consciencia de dejar a su madre desamparada con su hermano…. ``quiere salir del nido´´

HISTORIA DEL PROBLEMA:

La paciente señala que su pareja reside en España hace un tiempo mesurable (aproximadamente 3 años) y que el objetivo de su viaje era consolidarse en dicho país para llevarla y así poder laborar con la seguridad necesaria de apoyarse el uno al otro. Agrega que un gran factor que motivo el viaje de su pareja fue la dinámica familiar de ella; su pareja no se proyectaba con la convivencia de su familia y decidió hacer el esfuerzo de viajar para la búsqueda de una mejora económica, ante esto, la paciente refiere sentirse desamparada por la decisión tomada por su cónyuge y afecta emocionalmente en su desarrollo de los meses consiguientes al viaje. Actualmente los sentimientos de melancolía por dicho afecto se ven mellados ante la noticia de un próximo viaje que la traspone su persona en un desequilibrio al dejar el cuidado de su madre en posta de una hermano consumidor de sustancias psicoactivas.

ESTABLECIMIENTO DE LAS METAS DEL TRATAMIENTO:

La paciente desea alcanzar una mejor calidad de vida, fortalecer su valía personal y estado anímico además de lograr eso refiere sentir en un futuro las fuerzas necesarias de dejar su familia de origen para laborar tranquila. Bajo estos lineamientos se establece el contrato de cambio psicológico.

· Fortalecer su autonomía

· Resolver conflictos familiares en pos de iniciar una vida familiar propia

INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA:

Se trabajará con la paciente habilidades necesarias para hacer frente a la insatisfacción e incertidumbre en la toma de decisiones, en la cual se incluye el control de ansiedad, fortalecimiento del auto concepto y autoestima, control de pensamientos recurrentes y sentimientos culpa.

Se utiliza la técnica de la paradoja para poner en balanza las actitudes que posee en el campo laboral y las actitudes que muestra en la relación familiar

En el proceso de la intervención se rescata la fase de redecisión para con su sus metas personales que por el contrario de afectar su familia, les produce satisfacción por cumplir sus realización personal.

martes, 6 de julio de 2010

Borderline

ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD "BORDERLINE" DESDE EL ANALISIS TRANSACCIONAL


por Margie Barr-Brown y Ian McDougall

Publicado por Actualités en Analysse Transactionelle, vol. 9, nº35, julio 85


I.- Aspectos clínicos y teóricos:

En el transcurso de estos últimos años, las publicaciones especializadas en psiquiatría y psicoanálisis han dedicado amplios espacios al tipo de pacientes a los que se les agrupa con el término "borderline". Hay mucha bibliografía, tanto desde el punto de vista descriptivo como desde el punto de vista explicativo de la dinámica psicológica y del proceso. Hasta el momento presente, estos descubrimientos recientes, según parece, no han influenciado apenas al A.T., ni en sus planteamientos teóricos, ni prácticos. Unicamente, E. Bader en sus cursos de entrenamiento utiliza el modelo de matriz del argumento que veremos a continuación. También R. Drye, por su parte, ha escrito junto con R. Grinder una obra, que ya es clásica, además de la breve mención a los clientes "borderline" que realiza en su contribución al libro "T.A. after E. Berne", concretamente, cuando habla de jerga del diagnóstico y la utilidad del mismo.

Las personas que presentan una adaptación de tipo "borderline" solicitan frecuentemente bien sea terapia, bien consejo psicológico. Su percepción de la realidad y de los problemas habituales de la convivencia está impregnada de un dolor excesivo. A los ojos de un observador superficial, estos pacientes, aparecen menos perturbados que lo que realmente están. Sin embargo, las exigencias del tratamiento resultan muy enojosas para quienes han de prestarles ayuda, tanto en el plano técnico, como en el personal. Es muy importante que el terapeuta establezca el diagnóstico rápidamente. En este sentido, es oportuno que rememoremos la descripción que hace M. Robins: "La persona "borderline" es dependiente. Por tanto, nunca le faltan recursos.
Aparentemente, es incapaz de sobrevivir en soledad y, con frecuencia, se muestra habilidosa para suscitar el tipo de relación que, por otra parte, está exigiendo. En los casos típicos, la persona se encuentra atrapada en una red de relaciones complicadas; su comportamiento oscila entre las manipulaciones agresivas para controlar a los demás y la obediencia ciega con la que se aferran a la gente. A nivel de la consciencia, la percepción, el pensamiento y el sentimiento del "borderline" están marcados por fluctuaciones patentes y objetivamente contradictorias. Aún a pesar de su capacidad para adaptarse a los demás, este tipo de personas suele mostrarse refractario al aprendizaje, sobre todo en el campo de las relaciones de intimidad. Es muy frecuente que estas personas "olviden" o destruyan de algún modo aquellas experiencias válidas que pudieran impulsarles hacia el cambio. En sentido contrario, cuando estas personas se encuentran en el momento más álgido de sus dificultades de convivencia, son proclives a episodios psicóticos de índole paranoica y pueden activar conductas autodestructoras.

Sus emociones son igualmente variables y cambian de la euforia a la depresión. También su capacidad para "distinguir y describir sus propias sensaciones corporales y emociones es muy rudimentaria". Según se desprende de esta descripción, la persona "borderline" se abandona a un parasitismo desesperado. Sus roles preferidos son Víctima y Perseguidor. Si su parasitismo se transforma en juego, alternan efectos teatrales desconcertantes. Consecuentemente, su vida privada es caótica. El éxito que consiguen, tanto en sus estudios como en su trabajo, no se corresponde con lo que cabría esperar de su inteligencia y aptitudes, y ello es debido, sin duda alguna, a que la energía de la persona se vuelca, prioritariamente, en perpetuar las relaciones que necesita. Estas personas son asombrosamente hábiles en conseguir de sus terapeutas reacciones de tipo Salvador, arrinconarlos e inducirlos a peleas cuyas apuestas son la vida o la muerte.

El "borderline" tiene una maña excepcional para socavar la autoestima profesional y personal de aquellas personas que les están ayudando; conseguido esto, se permiten imbuirles sentimientos de culpa y forzarlos al tipo de conducta que es coherente con su propio argumento de vida. Según puede concluirse, tales manipulaciones, en la mayoría de los casos, acarrean un rechazo, o un paso más hacia el final trágico argumental. Los escritos psicoanalíticos han abundado sobre mecanismos de defensa característicos de la personalidad "borderline": la identificación proyectiva y la diseminación. Huelga señalar que estas personas utilizan estratagemas poco sofisticadas, cuando la situación les resulta favorable; sin embargo, ante situaciones de "estrés", producen rápidamente la regresión y recurren a estos mecanismos primitivos. La identificación proyectiva comporta tres elementos:

a) La persona proyecta cualidades o deseos "malos" o inaceptables de su propio Niño y los endosa al Niño del otro.
b) A continuación, mediante caricias estratégicas, consigue, de manera subrepticia, que el otro manifieste tales cualidades negativas.

c) Cuando lo ha conseguido, actúa con él desde el Perseguidor o el Salvador.

La noción de "diseminación" proviene de la teoría de las relaciones objétales que J. Masterson define como "la versión psicoanalítica del proceso de interiorización de las relaciones interpersonales, o en otras palabras, el estudio del impacto de estas en la estructura intrapsíquica". Para este autor, la relación objetal elemental es "una estructura intrapsíquica que deriva de la interiorización de una interacción. Comporta una imagen del sí mismo, una imagen del objeto y también la relación afectiva que une a entrambos". Es fácil de comprender este concepto, explicándolo en términos de la estructura de los estados del Yo. El estado Niño del Yo contiene la autoimagen y el estado Padre del Yo la imagen objetal. Al interior de la personalidad ambas imágenes son claramente distintas. El vínculo emocional que conecta a ambas está constituido por los sentimientos parásitos o rebuscos, que la persona siente y expresa una y otra vez, bien sea en respuesta a influencias, bien como reacción a las transacciones exteriores.

M. Horowitz precisa la definición de "diseminación" y destaca las dificultades que se presentan en el manejo de la información: "La diseminación consiste en la separación y multiplicación de representaciones internas de sí y de los demás... En vez de elaborar un modelo de representación integrado, realista y coherente que se refiera a sí mismo y a los demás, la persona va yuxtaponiendo imágenes, buenas y malas, tanto de sí como de los otros. Estas imágenes sirven de base para la esquematización de los roles que informan las relaciones sociales. Y, en cuanto a la información, las vivencias y los recuerdos de la vida cotidiana experimentan una cierta distorsión: Generalmente, los aspectos encomiables se mantienen vinculados al sí-mismo, en tanto que los negativos se proyectan fuera.Además, es frecuente que una misma situación, o un mismo conjunto de datos, sea tratado "en paralelo" dando lugar a varias versiones independientes de imágenes propias e imágenes de otro.

La persona es consciente de cada una de las significaciones que va adjudicando, pero no las relaciona entre sí, como hace cualquier otra persona cuyo pensamiento se mantiene en contacto con la realidad y se orienta hacia la resolución de problemas... Esta última denotación es fundamental y se observa habitualmente en clientes "borderline".Si atendemos a la teoría de R. Phillips, la personalidad "borderline" utiliza, alternativamente, el posicionamiento típico del Niño "megalómano" y el que caracteriza al Padre despectivo. Frecuentemente, oscila de uno a otro, sin que el Adulto adquiera consciencia de ello.

Cuando se relaciona con personas, que le interesan verdaderamente, "es fácil que instaure lazos afectivos inmediatos, internos y absorbentes, de los cuales espera obtener enseguida una gratificación plena y un vínculo afectivo irrompible".Todo esto no le impide mantener el miedo a ser engullido y perder el sentimiento, muy precario por cierto, de la propia identidad. Al poco tiempo, la persona "borderline" comienza a mezclar sus propias reacciones personales, confundiéndolas con las emociones, pensamientos y conductas de aquella otra persona con quien se esté relacionando en ese momento. Empieza a percibir a esta persona como un elemento que le está controlando sus propias necesidades y deseos.

A partir de ahí, la persona "borderline" únicamente espera ser rechazado y vuelve a experimentar un pánico atroz por su propia supervivencia. El conocer la teoría del desarrollo evolutivo de la persona según M.Mahler y su equipo, puede ser un factor de ayuda importante que facilite, a los terapeutas y a los propios clientes, la comprensión de la dinámica psicológica subyacente a estos procesos. Las investigaciones que realizaron se apoyan sobre la observación y estudio clínico de las relaciones entre madres e hijos.

Su trabajo, hecho desde la perspectiva psicoanalítica, se ha ocupado, principalmente de las denotaciones subjetivas, sean estas normales o no, de la evolución de la simbiosis y del nacimiento del Yo psicológico: describen la fase de autismo normal, comprendida entre el nacimiento y los dos meses, el establecimiento de la simbiosis en la etapa que va desde los dos a los seis meses de vida y el proceso de separación-individuación que discurre entre los seis meses y el tercer año de vida.

A su vez, este proceso de separación-individuación se subdivide en cuatro fases, la tercera de las cuales es la de reconciliación, entre los 18 y 24 meses de vida, que resulta fundamental en la estructuración de la personalidad "borderline". Como ya sugiere la denominación con que se reconoce a esta etapa (de reconciliación) el niño de esta edad necesita reconciliarse con su madre para fortalecerse y reafirmarse con el apoyo materno y de esa guisa continuar la exploración del entorno, que es cada vez más profunda, y la implantación de pautas autónomas de reacción. Los puntos de vista de M.Mahler pueden comprenderse también en términos transaccionales: Se produce una cierta desazón patológica en los niños a los que la madre da caricias positivas cuando se aferran a ella y en cambio no los acaricia, los rechaza o los persigue claramente siempre que se alejan.

Haciendo una presunción, parece que el niño que se agarra a su madre, la está idealizando; pero, si ella lo rechaza, él siente rabia y miedo. Ahora bien, para impedir que estos sentimientos empañen la imagen materna positiva que él tiene, inicia el proceso de separación como una forma de proteger esa imagen. Los niños que resuelven con éxito esta fase evolutiva pueden ver a su madre, en lo sucesivo, como una mezcla de cualidades buenas y malas y podrán relacionarse con ella sobre este planteamiento. Paralelamente, mantendrán una imagen suficientemente positiva, que les permitirá contener su agresividad en aquellos momentos, que sobrevendrán con toda seguridad, y en los cuales papá, mamá o cualquier otro miembro del entorno familiar se convierten en agente de frustración. Así es como el niño logra establecer la "constancia objetal" y su carácter ambivalente. En opinión de Modell, la personalidad "borderline" permanece aferrada al objeto primario. La personalidad narcisista pretende ser para sí misma una "madre mejor", según atestigua la experiencia clínica.

El Padre Nutritivo del "borderline" se muestra exiguo e inclusive ausente por completo. Este hecho se muestra con claridad utilizando la técnica de las cinco sillas, con la que podremos comprobar que el Padre Nutritivo del paciente es incapaz de articular mensajes que resulten alentadores para el Niño. Por ello, se comprenden fácilmente que la persona tenga la necesidad ineludible, aunque frágil, de tener un "papaito" que la quiera y se ocupe de ella. Para cubrir esta necesidad utiliza comportamientos que son nutritivos sólo en apariencias y cuyo destinatario es el propio yo. En realidad es una especie de parentalización hecha desde el propio Niño megalómano y maníaco. A mayor abundamiento, la persona tiene que preservar a este "papaito" del contacto con el sistema relacional introyectado, porque este le suscita sentimientos negativos.
La necesidad intensa de mantener relaciones simbióticas, que experimentan estas personas, puede explicar la dificultad para recordar estadios evolutivos anteriores: al no recordar es imposible contrastar vivencias.

El cuadro clínico "borderline" aún se complica más por razón de la estructura de mandatos argumentales que ha aceptado. En la matriz argumental, junto al mandato "No seas tú mismo" encontramos otros mensajes que conllevan descalificaciones radicales del tipo: -"tú eres malo"-, -"tú eres una basura"-, -"a ti te falta un sentido"-, etc... Estas descalificaciones se remontan a etapas muy tempranas de la vida; consecuentemente, la persona dice que ella siempre se ha sentido así: malo, basura, incompleto, mal hecho. Evidentemente, el "impasse" es de tercer grado y los mensajes indicados anteriormente sólo le sirven para alejarse de los demás, porque el niño supone que nadie, a excepción de sus padres, va a querer ocuparse de él. Así pues, aun cuando alguna de estas personas no haya recibido el mandato "No vivas", no obstante, cabe esperar que se presenten poderosas tendencias suicidas y una clara propensión a manipular por este camino.
TRATAMIENTO

Las consideraciones clínicas y teóricas que anteceden atestiguan las dificultades que han de enfrentar el terapeuta y su cliente. La persona se ha construido un padre idealizado, imaginario sobre la base de cuanto ha vivido junto a un Padre Salvador o falsamente nutritivo. Consecuentemente, canaliza su energía en orden a perpetuar su ilusión, separándola de otros aspectos de su experiencia: los "malos" objetos que necesita para descargar su rabia sobre ellos.
Es frecuente que la persona "borderline" perciba a su terapeuta unas veces como bueno y otras como malo y que utilice el parasitismo y los juegos de tercer grado para forzarlo a portarse como tal. En su vida van sucediéndose distintos personajes en este papel alterno de bueno y malo. Hay un peligro grave cuando el "borderline" siembra cizaña entre estos personajes, bien sean miembros de su propia familia, terapeutas anteriores y actuales, personal ayudante, asistentes sociales, etc... Efectúa estas manipulaciones para proteger su sentimiento, mal establecido, sobre su propia identidad.

Por tanto, la personalidad "borderline" necesita una relación llena de confianza con alguien que sea auténticamente nutritivo; en ese marco, será posible que aprenda "a ser un padre/madre mejor para sí mismo". Desgraciadamente, pese a su necesidad vital de una relación de este género, el "borderline" no ha vivido nunca nada parecido y tiene enormes dificultades para correr ese riesgo. Hace falta mucho tiempo, durante el cual el terapeuta será puesto a prueba de múltiples formas. Su papel, no obstante, es claro: sostener la autonomía que nace en su cliente y facilitarle la separación en cuanto esté en condiciones de volar con sus propias alas.

Frecuentemente, hemos constatado que los "borderline" se muestran escépticos, e incluso hostiles, ante los planteamientos teóricos del A.T., sobre todo al principio del tratamiento. Sin embargo, hay algunos planteamientos transaccionales que se manifiestan como valiosisimos, como son los contratos; estos son un pilar para la autonomía. Sin duda alguna, la mejor manera de ponerlos en funcionamiento consiste en enfocarlos hacia la resolución de problemas en el aquí y ahora. Consiguiendo éxito en la cumplimentación de sus contratos, el cliente acrecienta su autoestima, el sentido de sus capacidades y, al mismo tiempo, comprueba que el terapeuta es fiable, no lo engaña y es auténticamente nutritivo.

Desde la perspectiva de los estados del Yo, el tratamiento ha de incrementar el sentimiento de poder en el Niño, reestructurar el Padre y establecer entre ambos las conexiones que sean precisas. Hasta un cierto punto, estos procesos son concomitantes. Desde el principio de la terapia, el terapeuta enseña a su cliente a reconocer y nombrar sus propios sentimientos. Es frecuente que, con anterioridad, los sentimientos hayan sido identificados incorrectamente: por ejemplo, cuando la persona sentía rabia, se le decía que estaba cansada.

También, llega a controlar sus impulsos, aprendiendo a pensar mientras está bajo el influjo de sus sentimientos y a diferenciar entre sentir y activar el sentimiento. Cuando la persona experimenta rabia, es aconsejable que el terapeuta se mantenga en contacto visual con ella; de ese modo, por vía no verbal, le está enviando el mensaje siguiente: "tu rabia no puede herirme, ni cambiarme", que viene a derruir una antigua creencia, que era compartida por la propia madre del cliente; "mi rabia va a destruir a mamá". El proceso de aceptación y expresión adecuada de la rabia es fundamental para cambiar el proceso de diseminación.

La proyección es otro de los temas importantes. La tratamos mediante confrontaciones encaminadas a clarificar la realidad. El grupo es el marco más idóneo para acometer este proceso. Los miembros del grupo expresan sus puntos de vista en los que están de acuerdo sobre lo que es real. Si el cliente se empecina en redefiniciones, proyecciones y juegos, los demás le dan "feed-back" sin perseguirlo. Es cierto que la persona "borderline" tiende a introyectar demasiado; pero el trabajo sobre ello, le refuerza sus defensas.

Veamos una manera de realizarlo: La persona se mantiene alerta a todo cuanto se dice en el grupo, escribe los elementos que normalmente podría introyectar y los valora posteriormente con su Adulto. La primera vez que la persona realiza este proceso, experimenta un sentimiento íntimo de poder. Algunas personas, cuando están introyectando, abren físicamente la boca (o adelantan el cuerpo hacia adelante, plegándolo sobre el vientre); y, en bastantes casos, basta decirles que mantengan la boca cerrada cuando hablen los demás para que logren enchufar su Adulto y dejen de introyectar.

La conducta de la persona "borderline" es frecuentemente errática. Ello puede explicarse precisamente por la tendencia a introyectar en exceso. Su estado Padre del Yo asimila una enorme cantidad de mensajes, contradictorios entre sí, a los que la persona procura adaptarse. Tales incorporaciones se producen en cada situación de tensión, o cuando la persona ha sido internada por causa de un episodio psicótico.

El estado Padre del Yo de estas personas es altamente desorganizado e incoherente. Por ello, es oportuno que el terapeuta y el cliente revisen sus contenidos, sistemáticamente, para descubrir el origen de tales mensajes, evaluarlos y rechazar las introyecciones más recientes. Cuando el cliente ha realizado su propia elección y controla conscientemente sus incorporaciones más recientes, es cuando está en condiciones para abordar la parentalización que recibió en su infancia.

Requiere mucho trabajo la instauración de conexiones nuevas Padre-Niño, que sean controladas por el Adulto; por ello, es preciso apoyarse en las conexiones existentes, siempre que ello sea factible, y obtener, a partir de ellas, recursos para la parentalización. Es preciso indicar que no se puede obtener una estructura radicalmente nueva. En el curso de la reparentalización, puede ser necesario comprometer a los padres para que no infrinjan daño al hijo y asuman sus propios problemas y sentimientos, en lugar de escudarse. Al hacer esta operación, nos podremos percatar que casi siempre los padres mismos tienen, a su vez, una personalidad esquizoide o paranoide.

Para la reparentalización, la resistencia más frecuente proviene del estado Niño del Yo, que persiste en definir a los padres como enteramente malvados y cerrados, drásticamente, a cualquier tipo de cambio. Ante ello, es preciso ayudar al cliente a que comprenda que él tiene el control de los procesos y que es su propio Niño el que distribuye la energía.Todo esto puede parecer complicado; sin embargo, una vez superada la resistencia, es fácil establecer nuevas conexiones Padre-Niño que estén ponderadas por el Adulto. La persona "borderline" tiende a pasar una gran parte de su tiempo en Niño Adaptado. Así deja de pensar y se adapta a lo que supone que quiere el terapeuta. Esta tendencia explica una gran parte de sus fluctuaciones y sus contradicciones objetivas con los parámetros de la percepción, del pensamiento y del sentimiento.

En el proceso de ayuda, se puede evitar mucha confusión, juegos destructivos y pérdida de tiempo, si, antes de cada trabajo, nos tomamos la cautela de verificar algunos supuestos: "¿Esto es lo que tú quieres hacer?", o "¿necesitas tú hacer esto?", o bien "¿te conformas con lo que supones que yo quiero?", "¿llevo yo puesta la máscara de otra persona?", "si es así, pon la máscara sobre una silla...", "antes de ir adelante, ¿necesitas verificar tú alguna cosa conmigo?"... A menudo, el cliente no se atreve, le falta Permiso para plantear estas cuestiones previas. Otros permisos válidos que puede ser útil impartir antes de iniciar el trabajo: "Es positivo tomarte tu tiempo y verificar cada paso"."Es positivo volver atrás y verificar, antes que avanzar por complacer"."Es positivo decir que tú no comprendes""Es positivo que tengas tus ideas y opiniones personales y que te muestres diferente".

A veces, la persona "borderline" perpetúa su confusión sobreadaptándose a cada situación según sean el ritmo y las expectativas del otro. El entrenamiento en asertividad le va a permitir abordar los problemas interpersonales; pedir que se repita una pregunta o que se vaya más despacio; exigir tiempo de silencio antes de responder a una cuestión, decir NO; comprobar si el otro rectifica o rechaza; controlar la reacción propia ante la rabia de los demás, etc.., etc...Respecto a estas cosas, más vale pecar por exceso de estructura que por defecto. Cuando el cliente se haya atrevido a realizar alguna verificación, es muy importante detenerse a dar razones con generosidad. Supuesto que el cliente tiende a considerarse como una Víctima impotente, al comprobar que el entrenamiento en asertividad da sus frutos, tira por tierra su vieja convicción.

Se ha descrito con frecuencia la tendencia que presenta el "borderline" a asociar a ciertas percepciones con emociones muy intensas y específicas, que luego expresa sin ningún miramiento, ni reparar en las consecuencias.Esta característica ocasionará, entre otras, reacciones de índole paranoide, que sólo disminuirán cuando la persona haya aprendido a validar el sentido de sus percepciones y de aquellas otras operaciones que realiza invitando a los demás a que la persigan. Su extrema perspicacia puede ser utilizada en grupo, pues tiene una intuición penetrante respecto a los demás. Por contra, esta misma perspicacia puede volverse contra el propio terapeuta y servir para que el cliente justifique su desconfianza, hasta desechar completamente la terapia. De aquí, la importancia que reviste tener contratos claros, cuando hay juegos del tipo "Patéame", "Ahora te agarré", "Defecto", etc. Es importante que el grupo confirme que hay un juego, también es importante tranquilizar a la persona, indicándole que jugar un juego no implica estar mal. La ilusión de ser perseguida debe ser confrontada con mucho cuidado y prudencia. La persona borderline tiene a veces necesidad de tener razón, sin que ello presuponga que imagine que está loca.

El trabajo sobre la diseminación contrarresta el esquema "todo o nada" que subyace en los juegos destructivos. La persona aprende a reconocer los momentos en los que ella percibe sobre el modo "totalmente bueno" o "totalmente malo" y a tomar en cuenta los aspectos ausentes del conjunto. La técnica gestaltista de las dos sillas es la indicada para esto. Se puede igualmente pedir al cliente que tenga un diario de su terapia. Se necesitará especialmente cuando, sobre la base de una frustración menor, perciba la terapia como totalmente malvada; tomando así contacto con lo que ya ha realizado. Como la separación individuación constituye el núcleo del problema, el terapeuta no debe sucumbir a la tentación de retirarse o de vengarse si su cliente obra de manera destructiva.

A causa de su intensa necesidad de estructuras, la persona borderline reacciona bien a las explicaciones teóricas sobre su comportamiento, a condición de haber decidido tener confianza en el terapeuta. Las discusiones abiertas sobre la diseminación, la protección, etc... pueden ser indispensables para que reconozca y acepte plenamente estos procesos en ella misma. Por contra, es preciso tener en cuenta su tendencia a la sobreadaptación en las explicaciones.El terapeuta que trabaja con estas personas, debe controlar sus propios sentimientos de malestar para evitar reacciones según su propio argumento. Es especialmente importante confrontarlos desde el momento mismo en el que se sienta invadido por ellos. Para no correr el riesgo de involucrarse en el sistema borderline, es necesario absolutamente discutir estos puntos en el momento preciso. Como quiera que las personas borderline juegan muchas veces juegos de tercer grado, el terapeuta debe estar firmemente convencido de su propio bienestar personal y es esencial que busque las caricias que necesite de otras fuentes distintas al sistema con el que está implicado.

En muchos casos, será imprescindible la supervisión de un colega experimentado, sensible y fuente de apoyo. Pensamos que una definición más precisa del síndrome borderline conducirá a la puesta a punto de métodos de tratamiento cada vez más eficaces. Las personas que lo están sufriendo constituyen una llamada a nuestra creatividad, a nuestro saber hacer y a nuestra compasión.

Base epistemologica en el Analisis Transaccional

En muchas oportunidades la naturalez del analisis Transaccional tiende a ser subestimado por algunas raices teoricas de mayor aficion, para esto la siguiente presentacion proporcionara informacion recabada sobre cuestiones que se ocupa en un sentido mas tecnico el analisis Transaccional

http://bernecomunicacion.net/pdf/berne25.pdf

¿Que es el analisis transaccional?


El analisis transaccional en todo el sentido de la palabra es una tecnica, proceso y modalidad de intervencion que permite descrubrir dentro de todo lo referido a la personalidad de alguien el estilo de como ha llevado su vida hasta el momento de ahora. En circunstancias dentro de mi experiencia profesional, me resulta muy positivo en cuanto a la manera de como humanizar al paciente y permitir que desarrolle dentro de si capacidades hasta ahora poco probables de creerselo.






En otras oportunidades, las personas conllevan dificultades y limitaciones personales que no merecen tener por principio universal del analisis transaccional: ``las personas nacemos principes y princesas, en el acontecer de nuestra vida nos volvemos sapos y ranas´´; es otros rumos de pensamiento, pasa algo en las circunstancias cotidianas que nos hace perder la inocencia y espontaneidad de nuestros primeros años....¿que sucede? o mejor reflexionado ¿que nos sucede?. A veces las respuestas a estas preguntas estan al mirar a las personas que estan de un lado y al otro de los hombros, obvio en nuestras casas.




Sin animos de victimizar, nos somos producto de nuestros padres, sino somos producto de lo que queremos adquirir de ellos o tal vez los habitos que sentimos de como nuestros desde los primeros años de vida. Quizas en terminos mas simples como le gustaria a Eric Berne el creador de esta terapia,``vivimos de una manera hasta que nos damos cuenta que tanto papa y mama estan en nuestro dia a dia´´; son ideas, maneras de pensar, gestos, bromas y postura corporal que copiamos de ellos... es obvio somos sus hijos y nos crian, lo predecible es que copiaramos algo de ellos.




Entonces ¿Quien ha estado viviendo en tu cabeza?